De lo cotidiano nacen las grandes historias...

Las distintas miradas de México a través de su cine.

27.10.2013 01:07
 
 



 



Era cuestión de tiempo para que la industria cinematográfica producida en nuestro país alcanzara ese impulso que permitiera que el público se acercara cada vez más a visualizar títulos concebidos en nuestro país. Tras una serie de éxitos tales como “Amores Perros”, “Matando Cabos” o “El Crimen Del Padre Amaro” e inclusive títulos como “Babel” y “El Laberinto del Fauno”, que a pesar de tratarse de producciones extranjeras llevaban la firma del talento mexicano, era evidente que el pública voltearía hacia el cine producido en nuestra nación y le daría una oportunidad a los talentosos directores que abundan en México.
 

Gracias a que la audiencia está más abierta a invertir en un boleto para una película nacional sobre una producción hollywoodense (en parte gracias a la reciente gran acogida que tuvo el título “Nosotros Los Nobles” a nivel país), en un muy breve lapso del tiempo han llegado a adornar la cartelera distintos títulos de visionarios directores mexicanos que buscan poner en alto la industria del entretenimiento mexicano.
 

“Diente por Diente”, “No sé si cortarme las venas o dejármelas largas”, “Depositarios” y la aclamadísima “Heli” (que se ha robado incluso la atención de la prensa extranjera) son los estrenos que están en boca de todos, tanto para bien como para mal, estas cintas son un claro ejemplo de que el cine que se hace en este país puede ser tan bipolar como sus propios habitantes.
 

Si bien es cierto que “Heli” y “No sé si cortarme las venas o dejármelas largas” han logrado la aprobación del público y de la crítica (aunque la primera ha conseguido dividir a los cinéfilos en ese aspecto) no todo es oro en la cartelera mexicana, pues “Diente por Diente” viene lastrando todo el esfuerzo que guionistas y directores han desempeñado para demostrar que existe calidad en las producciones del país.
 

Es difícil decidir de qué va “Diente por Diente” cuando probablemente ni siquiera su propio creador tenía idea de qué quería contar y los actores involucrados no pueden hacer un trabajo serio cuando el guión no contiene seriedad en los 90 minutos de metraje que dura la cinta. La película trata  sobre un reportero de nota policiaca que después de ser víctima de un robo trata de hacer justicia a su propio modo (¿no les suena a que ya lo hemos visto en las entregas de superhéroes de Marvel?)
 

El filme procura ser una comedia, más no da risa en ningún momento y trata de imprimir un tono de thriller en el ambiente que termina siendo lo que vuelve a la película algo risible, pues el guión firmado por Migue Bonilla, termina volviéndose más absurdo que cualquier libreto de algún capítulo de “La Rosa de Guadalupe”. Por más que quieran apoyar el cine mexicano, quienes busquen cine de calidad absténgase de ver esta cinta, pues quedarse viendo video virales en YouTube puede ser una experiencia más productiva.
 

Afortunadamente, hay guionistas que sí saben entretener a la audiencia y sacarla un rato de su realidad cotidiana. Eso lo resolvió a la perfección Manolo Caro, director y guionista de “No Sé Si Cortarme Las Venas o Dejármelas Largas”, que ha funcionado a la perfección en la taquilla nacional estrenándose con un tiraje inicial de 220 copias y es bien sabido que no cualquier producción en este país puede presumir de gozar de tal número en su estreno.
 

Cabe la pena destacar que este filme, está basado en la obra de teatro del mismo nombre y que su adaptación a la pantalla grande se debe a la aceptación del público en la puesta en escena. La tragicomedia creada por Manolo Caro cuenta con un reparto bastante reconocido, que incluye a Ludwika Paleta, Luis Ernesto Franco, Zuria Vega e incluso una participación estelar de Cecilia Suárez.
 

Con un guión que incluso puede definirse como hormonal y que acaricia tanto la comedia como el drama, sin decantarse en un solo género, este largometraje ha sido catalogado como el “Sexo, Pudor y Lágrimas” de la nueva década y a pesar de que por momentos trata de imitar  los gags de las comedias americanas, existe una cercanía con el público mexicano debido al humor tan local y tan en doble sentido que caracteriza a los mexicanos (la escena en la que Ludwika Paleta canta “Inocente Pobre Amiga” es prueba de ello).
 

La película ha sido muy atacada por lo inverosímil que resulta el guión o incluso porque se trata de apegar al estilo de las comedias estadounidenses, sobre todo por el detalle de que sea el personaje homosexual el que termine convirtiéndose en el dueño absoluto de la función y el que arranca más carcajadas.
 

Independientemente de que el guión no aporte nada nuevo al cine nacional, cumple gratamente su objetivo, esbozando una singular comedia de enredos que es bien sabido, suelen triunfar entre el público mexicano. Dentro de los constantes chistes que abundan en la trama, el director y guionista se permite salpicar el libreto con cuestionamientos existencialistas, que impiden que este filme sea catalogado como una simple tonta comedia más. De ahí su parecido con la entonces exitosa “Sexo, Pudor y Lágrimas”, un referente obligado del cine producido en México.
 

También se estrenan filmes que buscan ser arriesgados y explotar un género que no ha sido muy explotado en el país: la ciencia ficción. Es ahí cuando entra en escena “Depositarios”, largometraje escrito y dirigido por Rodrigo Ordoñez. Esta película vale la pena porque quizás sea uno de los más acertados intentos de producir un filme futurista en tierra Azteca, a pesar de que queda debiendo por desperdiciar una muy buena idea y no saber concretarla en la puesta en escena.
 

A pesar de que el tráiler es engañoso y vende una película de acción, en realidad “Depositarios” es un drama en el que cada uno de los personajes tiene algo que aportar a la trama, incluso planteando una que otra reflexión que de haberse desarrollado mejor, estaríamos hablando de la película que terminaría posicionándose como el estandarte del Cine de Ciencia Ficción en México.
 

A pesar de que quizás sea un filme difícil de digerir para algunas personas, la aportación de “Depositarios” sea probablemente mayor que la atención que rodee a la cinta, pues viene abriendo camino a una industria cinematográfica en la que también se producen filmes considerados como “blockbusters”. Sumemos que  goza del honor de haber sido galardonado con el Ariel a los “Mejores Efectos Visuales” en la pasada edición.
 

Y por último; más no por ello menos importante, tenemos un filme pequeño como su título, pero que ha cosechado envidiables triunfos. Se trata de “Heli”, escrita y dirigida por Amat Escalante (parece que en el país tenemos directores que insisten en firmar sus guiones, o bien guionistas que insisten en dirigir sus películas).
 

El impacto que ha tenido “Heli” en el cine Mexicano es innegable e incluso no es disparatado considerarla como un hito en la historia de la industria cinematográfica nacional. Más allá del furor y atención que ha recibido por parte de la prensa extranjera o incluso el odio que ha generado en algunos medios mexicanos, “Heli” es quizás una de las mejores películas de lo que va del año. El Premio de Cannes que recibió su director, Amat Escalante, en el pasado festival no hace más que confirmarlo.
 

La magia de su historia recae en que su título no otorga mucha información a la audiencia, de modo que ésta simplemente se involucra en la historia del protagonista hasta sus últimas consecuencias. Es un excelente filme, más no es una película que se disfrute, al contrario, es una película que se padece y esto porque retrata una de las realidades más desoladoras por las que ha atravesado México los últimos años. No es ficción lo que se proyecta, es una realidad cruda y dura.
 

“Heli” desnuda sin tapujo alguna la cruel situación en la que se ven sumergidas las víctimas del narcotráfico y cómo quedan destrozadas sus vidas a raíz de ello. A partir de una premisa muy simple, el director Amat Escalante, ha conseguido que cinéfilos del mundo entero posen la mirada sobre la desoladora presencia del narco en este país y cómo deja marcadas las vidas de quienes son víctimas de este corrupto negocio.
 

Es precisamente esa crítica mirada la que ha provocado cierto recelo por parte de la prensa mexicana que ha llevado incluso a tachar la película como “una traición a la patria” por la proyección que se le da al país de cara al mundo. Sin embargo, ¿es coherente tachar de traidor a un director por denunciar una realdiad que no podemos tapar con el dedo?
 

Incluso muchos medios ya han declarado a “Heli” como uno de los filmes más a tener en cuenta para la próxima temporada de premiaciones y cualquier reconocimiento estaría más que merecido, pues se trata de un filme que  hace “vivir la experiencia del cine” y eso es algo que ya no se encuentra todos los días. Uno de los mayores méritos de la película es que se percibe todo tan real, que pareciera que se está presenciando el fragmento de vida de alguien más que una película en sí. No es nada disparatado compararla con los grandes filmes de cine independiente norteamericano,



Lo que queda claro es que talento en México sobra y es sin duda una experiencia muy grato, sumergirse en las narraciones que talentos mexicanos nos propone, pues quizás enseñen una mirada que compartimos aunque también probablemente expandan los horizontes de nuestra imaginación

Víctor López Velarde Santibáñez

 

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